Cuencos Cantores...

“La música tibetana se construye sobre las vibraciones más profundas que un instrumento o una voz humana pueden producir, sonidos que parecen proceder de la matriz de la tierra o de la profundidad del espacio como una tormenta, desencadenándose el sonido mántrico de la naturaleza, que simboliza las vibraciones creativas del universo, el origen de todas las cosas”
Frag. El Camino de las Nubes Blancas, Anagarika Govinda.

Imagen Web.
En SATTVA -Yoga Estudio- te invitamos a participar de este Viaje directo al Corazón:

❁ HATHA YOGA Y CUENCOS TIBETANOS ❁

Miércoles 15:30 Hs
Miércoles 17 Hs.

Profesora Anahí Mosquera, Terapeuta Sonora.

Seáis felices en el mundo.

Se trata de ser uno mismo. De SER. De sentir. De escuchar la voz interior que nos guía; dejarnos guiar por ella. Solo de este modo podrá la felicidad inundarnos.


"Si un hombre le dijera a Dios que su mayor deseo consistía en ayudar al mundo atormentado, a cualquier precio, y Dios le contestara y explicara lo que debía hacer, ¿tendría el hombre que obedecer?"
 " ¡Claro, Maestro!", clamó la multitud. "¡Si Dios se lo pide deberá soportar complacido las torturas del mismísimo infierno!".
 "¿Cualesquiera que sean esas torturas, y por ardua que sea la tarea?"
 "Deberá enorgullecerse de ser ahorcado, deleitarse de ser clavado en un árbol y quemado, si eso es lo que Dios le ha pedido", contestó la muchedumbre.

 "Y que haríais - preguntó el Maestro a la concurrencia - si Dios os hablara directamente a la cara y os dijera: ‘OS ORDENO QUE SEÁIS FELICES EN EL MUNDO MIENTRAS VIVÁIS'? ¿Qué haríais entonces?"

en Sattva...


"La meta del Yoga es aquietar la mente, para que pueda escuchar con absoluta fidelidad el infalible consejo de la voz interior."

Paramahamsa Yogananda.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
"Sólo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón. Porque quien mira hacia afuera sueña y quien mira hacia adentro despierta."
Carl Gustav Jung
“Hay un nirvana, desde luego, y consiste en llevar tu ganado a los verdes pastos, y en llevar a tu hijo a la cama, y en escribir la última línea de tu poema”.
Khalil Gibran